Entrada vigésimo tercera (San Juan de Mata, fundador)


Delante se oye bastante,
prefiero irme patrás
Pa no oir el ruido aberrante
De esa emisora nacional.

Detrás también lo escucho,
y estoy a medio camino,
Por lo cual yo me encarrucho
Hacia el final del vehículo.

Prosiguen las decepciones:
¡Se sigue oyendo una mieja!
Me acuerdo de los tapones
Y me los meto en las orejas.

Aunque los metí hasta el hueso
Y me acolchan los sonidos
Aún atacan a mis sesos
Los espantosos berridos.

Sin mi reproductor personal
Pruebo a abstraerme en la lectura
Me encuentro mal, 
Esto me abruma,
Se me hinchan los cojones cosa mala.

Con el disgusto ya allega
La guagua al secano este
Me apeo de Trapemusa
Y mando la radio al gareste.


Cuán inabarcable la magnitud de mi sufrimiento con la puta emisora que parece que obligan por contrato a poner a todo volumen a todos los conductores de la línea Lorca-Murcia. Otra semana más, se me ha quedado el equipaje -gafas de sol y Ipod (sí, "y", puede valer si aplicamos la fonología anglosajona a ese nombre comercial)- en Olula; mañana quizá tenga que desempolvar alguno de los antiguos emepetrés o emepecuatros para evitar que emplee la Salida de Emergencia a la altura de Alhama de Murcia, pues las baratísimas, repugnantes, inmundas canciones que integran el repertorio de la emisoria no admiten escapatoria alguna, ni siquiera colocando los pabellones auditivos pegados a la ventana o al asiento en la parte en que más se oye el motor.

Gajos del oficio, que dicen algunos. Un duro día me espera tras esta mañana de descanso después del esfuerzo mental de copiar, pegar y dar un formato uniforme a textos puramente guglescos que me resolvieron ayer la papeleta del trabajucho de Anatomía.

No se precisa una crónica de la expedición a Granada, quédemonos con el testimonio gráfico del excelente reportaje fotográfico que yace en el Tuenti. Pero que conste que lo de "¡¡POS PONME UNA BOLSA PAPAS FRITAS!!" no lo dije con mala leche, lo que pasa es que tengo una voz nefasta para comunicarme en la agobiante multitud de un bar en jornada futbolística (fulibanera, en panocho) y por eso pareció que se me llevaban los demonios, ayudado por lo del pequeño chiste bienintencionado en que especifiqué que no quería las almendras dentro del bocadillo, sino en un plato aparte, para su más sencilla y placentera degustación.

No me extiendo más, ahora que pillo carrerilla, porque he de traspuner al Edificio C a manosear miembros superiores y demás procederes. Pero está bien esta sala a esta hora, tiene audio y he podido ir analizando los grupos del FIB que todavía no conocía a todo volumen. Era o eso o irme a leer a uno de los mullidos sillones de los Departamentos; cada día me gusta más esta primera planta, tiene todo lo que necesita uno para sobrevivir a una resaca sin salir de la Facultad.

Saludos cordiales.


PD: a veces viene bien permitirse uno un impulso artístico y echarse unos ripios, HOYGA.

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Planas qu'angunos fiajes me s'apetece 'esfisar