Entrada trigésimo novena (San Adeltrudis, confesor)



"El futuro de mi bisabuelo y del mío"

Comparto aquí, para los escasos lectores que me llegaran y, cómo no, para la monitorización de SITEL y Google (que, hoy por hoy, y con la colaboración de Microsoft podrían saber más de mí que yo mismo, con todo lo que llevo transmitido o publicado por internet solamente), una reflexión que se me ocurrió ayer, durante la cena (que, sin la absorción televisiva, es mi casa un momento de análisis de la situación, comentario de anécdotas, etc) sobre las perspectivas de futuro y la vida en general de la generación mía y de las otras, las últimas que vivieron aquí buena parte de su vida de una manera tradicional.

Día tras día cualquier persona que esté informada, es decir, un 5% de la masa, contempla cómo el futuro se presenta nigérrimo. Y cuanto más sabe uno, más lee y más se informa, más claro ve que nos dirigimos hacia una distopía, un futuro calamitoso de privación de derechos y tiranía, primero precarización y luego esclavitud completa: control absoluto, el mundo de Orwell. Esto se encuadra primero en el amparo legislativo de la Unión Europea y posteriormente en la unión mundial anunciada por todos los conocedores del Nuevo Orden Mundial.

Los que estamos informados no creemos en el Nuevo Orden Mundial, sino que sabemos que nos encaminamos hacia él, y hoy por hoy, con información libre aún circulando (por muy poco tiempo: buscar "paquete Telecom") podemos monitorear cada uno de los constantes pasos que la Élite da hacia la esclavización definitiva. Y los informados, los "despiertos", somos tan conscientes de ello y nos cabe tan poca duda al respecto como de la intencionalidad de las estelas de fumigación y las nubes irradiadas y antinaturales que casi todos los días decoran nuestro cielo. Pero claro, si la masa no puede ni darse cuenta de algo tan evidente, constatable y demostrable como la modificación climática de las fumigaciones, ¿podrá tener una perspectiva de los intereses reales que mueven el mundo? Si a día de hoy, con la cantidad de pruebas que demuestran que el 11-S fue un autoatentado y, además, chapucero, la mayor parte de la gente se niega a creerlo o no puede ni concebirlo, ¿podremos esperar que, ahora que estamos ya en el punto de no retorno o quedan meses escasos, despierten y se levanten contra la tiranía futura, como pretenden insignes "líderes" conspiranoicos como Rafapal, Alex Jones, Trinity-a-Tierra...? La respuesta es negativa.

Mi bisabuelo, el hombre que en la foto aparece en su huerto, vivió una vida plena. A mi juicio, las vidas mejor vividas que conozco fueron las de la generación de mis abuelos, pero de aquéllos que pudieron tener tierra, que tuvieron siempre para comer, pues una gran parte de la gente todavía fueron labradores o jornaleros explotados por los churubitos rurales (si bien en Almería, gracias al minifundio, esto fue mucho menos intenso que, por ejemplo, en Sevilla o Córdoba).

La mayor parte de mis abuelos y bisabuelos tuvieron la fortuna de haber llegado al mundo con tierras que mis tatarabuelos consiguieron, con mucha sudor, comprar a los antiguos señoritos propietarios. Crecieron en cortijás, de un modo de vida tradicional, milenario: trabajando duramente, en comunión con la tierra, mejorándola año tras año, comiendo lo que sacaban de ella. Viviendo plenamente al aire libre, en núcleos sociales protectores donde eran una auténtica comunidad de ayuda mutua, un clan (en palabras de A.C.N.S.) donde todo funcionaba conjuntamente y con una organización tan bien estructurada como el instinto y las necesidades naturales habían dictado durante cientos de años. Es decir, se vivía conforme a las leyes naturales.

Mi bisabuelo procedía de una familia acomodada y con tierras suficientes para vivir cómodamente, desde la época de un famoso Tío que instauró la prosperidad de la familia. Pasó la peor época, la Guerra Civil, sin tener que irse a la guerra gracias a un chanchullo médico. Se pudo quedar en su casa, y participó en la guerra escondiendo a refugiados de las comarcas del norte de Granada en las cámaras y pajares, para protegerlos de la persecución, no sé si republicana o fascista (indiferente, pues igual de culpables fueron ambas). Como mucha otra gente del pueblo, escondieron durante años a familias enteras, dándoles de comer, es pues imaginable la gratitud indeleble que obtendrían y el karma positivo que ganarían a de ello.

Los años malos, pues, mi bisabuelo los pasó en la plenitud de su fuerza física. Posteriormente pudo llevar una vida tranquila, en las que iba viendo cómo la situación mejoraba progresivamente, se hacía cada vez más cómoda, hasta que, a los noventa y pico años, tuvo que dejar de cultivar su huerto, pasó unos pocos necesitando cuidados, y murió, a los 97 años, rodeado de un cariño extremo de todos sus descendientes (que ha llegado hasta mí, razón por la que me dedicaron su nombre). Sus perspectivas de futuro fueron buenas, fue viendo cómo terminaba la dictadura y él iba ganando derechos, su vejez la pasó en la época de máxima comodidad, con su pensión, protegido.

Y todo esto lo explico para contraponer ese "gráfico" de su vida al de una generación actual.

Servidor crecerá viendo cómo los derechos, en vez de crecer, disminuyen, cómo la libertad disminuye, cómo la abundancia desaparece, cómo la represión se multiplica, cómo los asesinatos se prodigan, cómo la esclavitud se intensifica. Los años de vejez los tendré cuando la situación peor esté, cuando ya esté instaurada la dictadura única mundial o se estén dando los últimos pasos para afianzarlo ad aeternum. Es decir, todo lo contrario.

Además, nuestros abuelos tenían el campo. Disponían de un conocimiento amplísimo para vivir conjuntamente con su entorno, con la naturaleza, para aprovecharse de ella, como bien demostró el hecho de que consiguieran no pasar hambre durante la guerra civil gracias al campo y a saber esconder bien las cosechas para que no se las robasen para el frente. Si tenían que huir, disponían de la naturaleza y de sus saberes ancestrales.

Hoy no tenemos campo: la élite ha orquestado que el devenir de la economía nos obligue a vivir en nichos, con trabajos absorbentes (y cada vez más precarios), que hayamos delegado en las corporaciones nuestras necesidades básicas mientras dedicamos nuestro tiempo a nuestro trabajo improductivo de esclavo y a estupidizarnos con venenos para la mente (entretenimientos imbecilizantes). Y también venenos para el cuerpo que los de nuestros predecesores no tuvieron que soportar: ponzoña en la comida, en el agua y en el aire (y en el espectro electromagnético) bombardeándonos continuamente. Que nos lleva a lo mismo:debilitarnos para nuestro mejor manejo, hacernos depender de drogas industriales.

Mientras eso ocurre, marginamos y dejamos de lado lo más importante, básico y objetivamente productivo que tenemos: el campo, nuestra única riqueza auténtica: todo lo demás son castillos en el aire, hiperespecializaciones que obedecen a los requerimientos de los mercados internacionales y de quienes los dirigen y a la sociedad insostenible en que nos hacen vivir. Nos alejan de lo realmente útil con el fin de intensificar nuestra esclavización, ofreciéndonos caramelos de comodidad a cambio de entramparnos, al abandonar la adaptación antiquísima al entorno y el saber acumulado durante generaciones (extrapolable a los bienes intelectuales/culturales). Nuestros bancales se pierden, también nuestros agricultores, y el futuro es alejarnos cada vez más de la tierra para vivir en Mátrix. Dejamos atrás nuestra propia cultura antiquísima, incluso nuestra manera de expresarnos y nuestra música para sustituirlos por una cultura única mundial que nos venden los mismos amos inmisericordes que nos someten.

Bien, he hablado de mi generación, pero ¿qué ocurre, por ejemplo, con quien nazca este año?
La degeneración y desaparición total de la libertad (culminada con la inminente implantación masiva de chips de identidad a la población) estará bien avanzada para cuando ellos empiecen a acumular memoria. No habrán podido observar cómo era el mundo antes, no tendrán la perspectiva, algo con lo que comparar, para ellos el mundo siempre habrá sido así, y los medios, tal como ocurre hoy en día, estarán destinados únicamente al "desinfotenimiento", el condicionamiento, mantenerlos aborregados y manipular a placer sus emociones, opiniones, deseos y voluntad. Conforme avance el plan, además, se eliminará definitivamente esa posibilidad por la destrucción u ocultación de los archivos, tal como hacía el "Ministerio de la Verdad" en "1984". Los ciudadanos, satisfechos, sin haber conocido otra cosa, no supondrán riesgo alguno para el sistema, serán las ovejas diseñadas genéticamente idóneas para su perfecto dominio. La censura, que de aquí a nada ya será absoluta, y el Gran Hermano, también encima nuestra casi, facilitarán el resto. Incluso la transmisión intergeneracional de información y experiencias se prohibirá, pues observando la tendencia de los días actuales salta a la vista que la sociedad ha sido dispuesta de tal forma que cada individuo, cada generación, vive paradójicamente cada vez más aislado del resto. No se facilitan las reuniones donde poder hablar bien: las horas de comer son presididas por la televisión escupiendo su mierda a toda voz, los entretenimientos se dividen por edades y no hay lugar para que se junten varias generaciones, como pasaba antes de continuo en, por ejemplo, todas las labores del campo y también los entretenimientos de antaño, es decir, los bailes con cuadrillas.

En fin, resumiendo: mientras mi bisabuelo vivió una vida plena, según las leyes naturales, con una perspectiva positiva de encaminarse hacia la libertad, los derechos y la abundancia, yo y los demás de hoy en día contemplaremos cómo se nos intensifica la tiranía, la esclavización, y somos despojados de nuestra cultura, envenenados y dominados según las leyes anti-naturales del mundo creado por la Elite, el NUEVO ORDEN MUNDIAL.

De todas formas, merecerá la pena vivir, pues, al menos serán, como el título del libro de Pratchett, "Tiempos Interesantes".

PD: este artículo puede considerarse una expansión del otro tan aclamado que escribí en el blog del Chiri pues vuelve a incidir en la tremenda importancia de la sabiduría y cultura tradicionales, libres, como una antítesis del mundo estúpido e ignorante y controlado de la actualidad y del Nuevo Orden Mundial, que por eso mismo y no por otra cosa es por lo que promociona la marginación y desaparición de estos valores ancestrales, como también extermina todas las culturas milenarias y las tribus con menos contacto con la civilización.

3 comentarios:

Laynd dijo...

Si yo tuviera un huerto sería un alivio. Al menos se que comida no me falta :)
Gñe! lol! :)
Venga, saludos. Gran blog.

Anónimo dijo...

Tu abuelo vivió una ¿VIDA PLENA?: Siempre jodido del estómago, hoy día tendría facil solución, posiblemente tendría Helicobacter Pylori.
¿VIDA PLENA?:Pero a los 18 años le arrancaron toda la dentadura y simpre llevo dentadura artificial: alos 90 años aún no había perdido el reflejo de succión; hoy con aparatos se hubiera rectificado.
¿VIDA PLENA?:Pero tu abuela y tu tio estuvieron afectados de parálisis infantil.¿Conoces algún caso activo de esta enfermedad.
OJITO: Te falta edad. "La juventud es una enfermedad que sólo la edad la cura"

Anónimo dijo...

Tras mucho trabajo, (no domino las nuevas tecnologías), he conseguido escribirte algo. Me gusta tu blog, pero pareces un caballo desbocado, tirate de la brida un poco y serénate.NO vayas tan rápido. Si quieres contactar,busca, pregunta,indaga. NO ME GUSTA QUE LA FOTO DEL PÁLLE FUNCIONE POR EL UNIVERSO DE LA FIBRA ÓPTICA, NO ES PATRIMONIO TUYO UNICAMENTE. ¿HAS consultado con esa "familia" de la que hablas y añoras?

Planas qu'angunos fiajes me s'apetece 'esfisar