Entrada tercera

Retomo el bloq a día de hoy con dos breves temas, uno surgido esta misma tarde y que hará las veces de aditamento o bonificación al primero, el cual se limita a la función ordinaria de los bloqes de cualquier triste cibernético que se precie: dar parte de las chominás consuetudinarias de la vida anodina del escritor, con o sin la esperanza de que a alguien le interesen (en mi caso, sin). La alternativa es ir verborreando con opiniones críticas y argumentos en torno a algún tema más específico, lo cual a menudo suele contener mayor interés, aunque no libre ello al escritor de cierta aureola de tristeza, obviamente siempre viéndolo desde la cínica perspectiva de la Elite. Esta es, sin duda, una labor harto más dificultosa y exige algo más de esfuerzo mental que limitarse a contar la vida de uno: los devaneos que aquí pueda escribir auguro que tenderán más a lo segundo, pero no descarto ponerme alguna vez a despotricar contra las aberraciones diversas de la sociedad, más en la línea del GÑÉ ornamentado con chascarrillos barrocos.

~~Ítem primero: De nuevo han comenzado las clases y el acostumbrado (aunque menos acostumbrable, dado lo aborrecible que es) tedio, dígase también aversión a la actividad causada por un rechazo alérgico al tener que cumplir con los horarios obligatorios: aestetuto y escuela oficial de idiotas (donde se enseña inglés, aunque el nombre, ya que yo asisto allí, le viene al pelo). Para descansar el celebro a la esperada hora del regreso, miro un foro de meteorología, harto calmante y adecuado para la beneficiosa cogitación, a continación -y de vez en cuando tal vez algún programa de calidad que echen, por ejemplo la exposición de grandes friquis que sacó Santiago Segura ayer {4M0s Torbe y Cañita Brava, y el friki que cantó una moñiga}- procuro encamarme y, tras vencer al insomnio y a los intimidantes estruendos que emanan del gaznate de mi agüela, duermo unas cuatro horas con la esperanza de que me basten para afrontar el reto del día siguiente. Es de esperar que en las clases no ande muy despierto, a excepción de la última o las dos últimas, donde lo que a veces me atormenta es o el hambre -las bombas de chocolate de Donut gastan sus energías pronto- o las ganas de irrumpir, una vez más, en mi domicilio. Y así trascurre el tormento diario, gracias a Dios paliado porque de momento puedo evitar el estudiar -excepto los días anteriores, claro- y, especialmente, el hacer cualquier clase de deberes.

Clima: Todo cubierto, como ayer, pero sin llover ni gota. Los albañiles lo agradecerán, pero yo estoy por comprarme unos cañones de yoduro de plata de ese a ver si cayese granizo, aunque sea, coño ya.

Las lechugas de la almajara que tengo en el balcón -a base de taperguares y sustrato de bolsa- han empezado a despuntar, dando yo por ello grandes albricias. No es lo más apetitoso, no obstante, y me planteo si sería mucho pedir que viniese otra vez un veranillo hipertórrido -como pasó este invierno- para que vayan saliendo las cucurbitáceas y solanáceas, lo más lustroso de las túperes, y también lo más grato al paladar, espero. Otra cosa es tener que ir quitando los pedazos de cepellonangos de las yerbas trigueras del bancal de mi agüela, que es donde los voy a poner -y a regarlos con la manguera o robando agua de la cieca, cuando pase- y con la azá aseguro por Cristo Jesús el Bienaventurado que es un quiebraespaldas que su puta madre, aunque sin duda más satisfactorio -aunque no sé si más sano para el cuerpo- que un gimnasio pestoso.

~~Ítem segundo: la moderna tecnología del Llotobé progresa a marchas forzadas en su honorable camino para alojar y divulgar las más variadas chorradas que se les ocurre a la gente ociosa, friquesca o, de vez en cuando, ingeniosa. Dé fe de ello el documento gráfico que a continuación enlazo, subido por un tal POZACAS y encontrado con gran jolgorio y regocijo por un servidor, buscando en dicho servidor (valga la rebuznancia) información recomendada por mis camaradas congéneres (temática POZA, una palabra que llena la boca -de exquisita musicalidad y resonancia- y por tanto se repite en mi entorno escolar con asidua frecuencia). No es sino un collage de móvil con escenas de la vida de uno de mi clase, un zagal de puta madre sobre quien, no obstante, a veces caen maledicencias tachándolo de acopladizo (que se dice del que se apega a un grupo sin invitación), etiqueta que podría ser, no obstante, una ruin calumnia cualquiera.





Repuestos de las posibles lesiones que os haya podido causar el vídeo -u os hayäis causado vusotros al vel·lo, atended ahora a mi despedida, tras un ratango bueno que le he echado (como 52 minutos, intercalado con algunas conversas mesenyeres), más del esperado -lo del escribir es que la pachorra le deje a uno ponerse a ello- a esta egregia redacción.

Muy buenas noches nos dé Dios a todos.

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Planas qu'angunos fiajes me s'apetece 'esfisar