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Soberbia película repleta de alegorías. Recomendación agradecida a los "foreros" de Supercedure.

Las reseñas sobre el argumento interpretable por cualquiera, así como la película misma lista para su descarga, la podéis encontrar en internet. También las escenas más famosas: los discursos del presentador de televisión y el del magnate de la corporación. Pero es preferible verlas contextualizadas en el resto de la película, vamos, verla de principio a fin. Yo voy a comentar sus implicaciones "esotéricas" para el que tenga interés. Cabe señalar antes de nada que también acabo de leerme el libro "4 buenas razones para eliminar la televisión" de Jerry Mander, un manual maravilloso para comprender cómo la televisión es la herramienta principal de alienación de la población y destrucción del individuo y la cultura, vamos, una de las herramientas maestras del Nuevo Orden Mundial.

Breves comentarios: el significado de la película ("ESPÓILER")

El presentador de telediarios, el oficio por excelencia del encargado de desinformar a la población y hacerlos vivir en el "Borregomátrix" (que diría Luis Carlos) e inmersos en el "desinfotenimiento", es despedido un buen día.

Después de una crisis en que amenaza con suicidarse, se le va la perola. DESPIERTA. Está "loco" y es por eso por lo que ve las cosas como son, y así lo dice: dice la verdad. Por unas circunstancias casuales, logra emitir su mensaje por la televisión y es todo un éxito, así que lo mantienen por intereses económicos, pese a que...

... lo que está diciendo es DENUNCIAR el sistema, quejarse de la hipocresía y del absurdo. Recomienda a la gente que no vea la televisión, porque hace a la gente olvidar sus vidas reales y vivir en un mundo de sueños. Todo lo que dice en los discursos de la película es la pura realidad, de cabo a rabo.

Su éxito se basa en que su grandilocuencia consigue transmitirse a la población, que "despierta" mediante la rabia, guiados por ese nuevo "Mesías". Es un éxito tal que consigue colapsar la Casa Blanca. Se convierte en un líder de masas disconformes con la realidad, como puedan ser ahora Rafapal o Álex Jones.

Entonces ahí es cuando interviene el magnate de la macrocorporación (representando a la Elite) que acaba de comprar a esa multinacional mediática. El discurso, igual que los del presentador, no tiene desperdicio, describe punto por punto el Nuevo Orden Mundial y por qué el presentador ha cometido una herejía, ha perpetrado un error en el orden natural de las cosas del mundo, ha quebrantado las leyes naturales, que deben seguir su curso. Y así lo hacen: el presentador cambia de parecer y se pasa al bando contrario, pero su discurso deja de hablar de luchar contra el sistema, algo por su propia naturaleza efímero e insostenible: ahora pasa a convencer a la población de la realidad de las cosas. Pero eso no gusta a la masa borrega, porque el futuro es deprimente, así que su programa empieza a fracasar, forzando el asesinato del presentador.

La otra alegoría principal de la película es la contraposición entre el viejo director de telediarios y la muchacha. Una persona real, con sus emociones y afectos y responsabilidades, versus un robot producto de los tiempos, "un ser basa su vida en las trivialidades", un infeliz que vive para chorradas. El hombre auténtico y puro versus el no-individuo de la cultura televisada pre-nuevo orden mundial de los tiempos actuales.

Y más hay (por ejemplo, cómo colocan al nuevo "predicador" en un programa ridículo junto a una pitonisa y una sección de cotilleos, o cómo se aprovechan de los fanáticos de extrema izquierda como una herramienta para eliminar al presentador o exhibirlos como espectáculo), pero estas dos son las principales.

En resumen, MAG-NÍ-FI-CA. Una película hecha para el gozo de quienes entendemos de qué va el mundo, con unas escenas-cénit esclarecedoras e insuperables.

1 comentario:

AguusSTOo dijo...

Muy buen post!! Esta perfectamente explicado, pensaba que lo colgarias en supercedure...
Por cierto que el de la plata tambien tiene lo suyo y nunca lo habia oido.
Saludos

Planas qu'angunos fiajes me s'apetece 'esfisar